domingo, 19 de octubre de 2014

El Juez implacable (Problema)




Había pasado mucha gente desagradable ante la presencia del juez Tembleque, pero aquel que se hacía llamar "el Filósofo", aunque nuca había estudiado tal disciplina, le había exasperado especialmente. Tembleque le dijo:

- Acusado, intento enseñarle el valor de la honradez. Se ha demostrado su culpabilidad como ladrón y timador, y de mentir a este tribunal reiterada y sistemáticamente para salvar su condenado pellejo. Bien, amiguito, ahora va a caer sobre usted el peso de la justicia. La pena que le impone este tribunal es... (aquí el juez hace una pausa de efecto para enfundarse unos guantes y un sombrerito negro.) que sea conducido desde aquí al patíbulo y sea colgado por el cuello hasta que muera. 

...PERO, como soy un juez magnánimo. le voy a dar una oportunidad más para que aprenda el valor de la verdad. Si, en el día de la ejecución, firma un documento en el que haga una declaración verdadera, la sentencia se le conmutará por diez años de cárcel. Si, por el contrario, el documento es, a juicio del verdugo jefe, falso, la sentencia se ejecutará inmediatamente. Y le advierto -añade Tembleque al ver que sus palabras no parecían tener ningún efecto sobre el mangante- que el jefe de ejecuciones es miembro del Club de Verdugos Positivistas Lógicos y que rechazará cualquier sinsentido metafísico como falso, así que !nada de andarse con trucos¡ !a partir de este momento tiene un día para tomar su decisión!

Estas palabras fueron aplaudidas por el jurado, debido a lo severo de la sentencia, y todo el mundo en la sala drigió su mirada hacia el acusado, con satisfacción, al ver la dura condena que le había caído al villano, unida a la humillación de tener que hacer pública una declaración verdadera. Lo raro fue que "el Filósofo" se limito a volver la cara y sonreír desafiante mientras era conducido al corredor de la muerte.

Llegó el día de la ejecución y el ladrón, más contento que nunca, firma una declaración que entrega al verdugo jefe, que la lee con creciente perplejidad. A continuación, rezongando, hace una bola con el papel y ordena que se suelte al filósofo y que no se le imponga ninguna pena.

¿Qué pudo escribir en el documento el reo para salvarse?


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